Satélite

Las comunicaciones por satélite están basadas en tecnologías inalámbricas y son especialmente útiles para la provisión de servicios de acceso de banda ancha en lugares remotos y/o en los que no existen despliegues a través de otras tecnologías. La principal ventaja de los accesos de banda ancha por satélite es que tienen una cobertura prácticamente universal, siempre que exista una línea de visión directa entre el satélite y el usuario del servicio.

Las velocidades máximas de los accesos de banda ancha por satélite dependen de varios factores, como la calidad de la línea de visión entre satélite y usuario, la climatología o la disponibilidad de frecuencias electromagnéticas. Los obstáculos entre el satélite y el domicilio del usuario así como algunos fenómenos meteorológicos pueden afectar negativamente a la velocidad de conexión. Asimismo, las conexiones pueden presentar mayor latencia (retardo) que en los accesos basados en redes terrestres, debido a las largas distancias que deben recorrer las señales electromagnéticas. Por otro lado, la disponibilidad de bandas de radiofrecuencia para las comunicaciones por satélite suele ser limitada, por lo que las velocidades ofertadas por los operadores de satélite pueden ser más reducidas que las de los accesos de banda ancha convencionales, basados en tecnologías cableadas.

El equipamiento necesario para el acceso de banda ancha a través de satélite consiste en un módem IP especial para satélite, así como la instalación en el domicilio del usuario de una antena externa con una unidad de transmisión bidireccional. El coste de este equipamiento no suele estar incluido en el alta del servicio de acceso, aunque este aspecto dependerá de las prácticas comerciales particulares de cada operador.